Hay parejas que notas que están hechos el uno para el otro. Que se nota a la legua que son felices juntos, y que no te los imaginas al lado de nadie más. Berta y Joni son una de esas parejas. Sólo hay que fijarse en los ojos de Berta cuando mira a Joni, o la cara de tonto que pone él cuando la abraza… Son ese tipo de parejas con las que estás cómodo desde el primer momento, porque además sabes que vas a formar parte de un día muy especial. Hace poco un novio dijo que las bodas eran especiales porque es un día en el que la gente se permite expresar sus sentimientos, pero en el caso de Berta y Joni creo que no es una excepción sino la regla, como se puede ver en el reportaje de su boda.
La boda se celebró a las afueras de Salamanca, en la finca El Villar de los Álamos, un sitio precioso en un alto rodeado de praderas, con unas vistas espectaculares, decorado por los chicos de El Sofá Amarillo, junto con Elisabeth Blumen, que hicieron un trabajo genial. Lo único malo de la finca, el viento, que tuvo a los invitados con el pelo a lo loco toda la tarde, jeje! Aún así los novios estaban radiantes, la ceremonia fue muy emotiva, y la entrada de los novios al salón fue la más cañera y divertida que he visto nunca, bailando y pegando botes a ritmo de Lori Meyers! 🙂
Berta y Joni se lo curraron un montón preparando la boda durante todo el año, y le pusieron muchísima ilusión. Cuando una pareja pone tantas ganas en que todo sea perfecto, se nota, y creo que todo el mundo se quedó asombrado con la cantidad de detalles, todos preparados con mucho mimo. Para mí fue un placer poder compartir con ellos el día, que fue largo y sobre todo muuuuy divertido. Ahora que ha terminado la boda, espero poder decir que he perdido unos clientes (porque no se van a volver a casar) pero he ganado unos amigos.
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